Me he elido el libro de Benedicto que me enviaste...no queda muy claro si saca al buey y a la mula del portal (como dicen) o no...
Podíamos invitarle a tu piso un día a discutir el tema en profundidaz..
Por un lado, es natural que en un pueblo como el judo que tenía unas reglas de higiene tan peculiares.. (lease el A.T) pues quitaran de en medio a los animales en víspera de un parto..
Por otro lado están las profecías...
Los dos seres vivientes bien podrían ser Sus padres terrenales..no?
No hagas trampas, Giocondo, y coloca el texto ilustrativo de Ratzinger ;-)
Así lo recordará Mrs. Wells.
El buey y la mula
«El pesebre hace pensar en los animales, pues es allí donde comen. En el Evangelio no se habla en este caso de animales. Pero la meditación guiada por la fe, leyendo el Antiguo y el Nuevo Testamento relacionados entre sí, ha colmado muy pronto esta laguna remitiéndose a Isaías 1, 3: “El buey conoce a su amo, y el asno el pesebre de su dueño; Israel no me conoce, mi pueblo no comprende”.
Peter Sthurlmacher hace notar que probablemente también tuvo un cierto influjo la versión griega de Habacuc 3,2: “En medio de dos seres vivientes… serás conocido; cuando haya llegado el tiempo aparecerás’. Con los dos seres vivientes se da a entender claramente a los dos querubines sobre la cubierta del Arca de la Alianza que, según el Éxodo, indican y esconden a la vez la misteriosa presencia de Dios. Así, el pesebre sería de algún modo el Arca de la Alianza en la que Dios, misteriosamente custodiado, está entre los hombres, y ante la cual ha llegado la hora del conocimiento de Dios para ‘el buey y el asno’, para la humanidad compuesta por judíos y gentiles.
En la singular conexión entre Isaías, Habacuc, Éxodo y el pesebre, aparecen por tanto los dos animales como la representación de la humanidad, de por sí desprovista de entendimiento, pero que ante el Niño, ante la humilde aparición de Dios en el establo, llega al conocimiento y, en la pobreza de este nacimiento, recibe la epifanía, que ahora enseña a todos a ver. La iconografía cristiana ha captado ya muy pronto este motivo. Ninguna representación del nacimiento renunciará al buey y al asno».
Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, Jesús de Nazaret. La infancia de Jesús. Barcelona 2012, Planeta. Página 76.
- El dibujo a lápiz no es mío. - Las figuritas con el fondo cuadriculado son de Famobil. - Las citas, de la Biblia. - El texto que he puesto en mi comentario anterior sobre la mula y el buey, de J. Ratzinger / Benedicto XVI.
Yo dejaría el título del post como estaba, Giocondo.
7 comentarios:
Me he elido el libro de Benedicto que me enviaste...no queda muy claro si saca al buey y a la mula del portal (como dicen) o no...
Podíamos invitarle a tu piso un día a discutir el tema en profundidaz..
Por un lado, es natural que en un pueblo como el judo que tenía unas reglas de higiene tan peculiares..
(lease el A.T) pues quitaran de en medio a los animales en víspera de un parto..
Por otro lado están las profecías...
Los dos seres vivientes bien podrían ser Sus padres terrenales..no?
en profundidad
No hagas trampas, Giocondo, y coloca el texto ilustrativo de Ratzinger ;-)
Así lo recordará Mrs. Wells.
El buey y la mula
«El pesebre hace pensar en los animales, pues
es allí donde comen. En el Evangelio no se habla
en este caso de animales. Pero la meditación guiada
por la fe, leyendo el Antiguo y el Nuevo Testamento
relacionados entre sí, ha colmado muy pronto esta
laguna remitiéndose a Isaías 1, 3: “El buey conoce
a su amo, y el asno el pesebre de su dueño; Israel
no me conoce, mi pueblo no comprende”.
Peter Sthurlmacher hace notar que probablemente
también tuvo un cierto influjo la versión griega
de Habacuc 3,2: “En medio de dos seres vivientes…
serás conocido; cuando haya llegado el tiempo
aparecerás’. Con los dos seres vivientes se da a
entender claramente a los dos querubines sobre
la cubierta del Arca de la Alianza que, según el
Éxodo, indican y esconden a la vez la misteriosa
presencia de Dios. Así, el pesebre sería de algún
modo el Arca de la Alianza en la que Dios,
misteriosamente custodiado, está entre los hombres,
y ante la cual ha llegado la hora del conocimiento
de Dios para ‘el buey y el asno’, para la humanidad
compuesta por judíos y gentiles.
En la singular conexión entre Isaías, Habacuc,
Éxodo y el pesebre, aparecen por tanto los dos
animales como la representación de la humanidad,
de por sí desprovista de entendimiento, pero que
ante el Niño, ante la humilde aparición de Dios
en el establo, llega al conocimiento y, en la pobreza
de este nacimiento, recibe la epifanía, que ahora
enseña a todos a ver. La iconografía cristiana ha
captado ya muy pronto este motivo. Ninguna
representación del nacimiento renunciará al buey
y al asno».
Joseph Ratzinger-Benedicto XVI, Jesús de
Nazaret. La infancia de Jesús. Barcelona 2012,
Planeta. Página 76.
quería que lo colocases tú adem´s no me dió tiempo a escribir que esto es tuyo
Bueno, vamos a ver:
- El dibujo a lápiz no es mío.
- Las figuritas con el fondo cuadriculado son de Famobil.
- Las citas, de la Biblia.
- El texto que he puesto en mi comentario anterior sobre la mula y el buey, de J. Ratzinger / Benedicto XVI.
Yo dejaría el título del post como estaba, Giocondo.
¡Feliz Navidad!
de eso nada el collage es totus tuus
Permíteme que insista, Giocondo.
¡Por favor!
Publicar un comentario